El Convento


  Todas ellas eran diferentes, todas eran poseedoras de una belleza extrema, sobrenatural, pura e inmaculada a pesar de ser no más que simples prostitutas. Su precio era muy alto. El prostíbulo, situado en un lugar sumamente alejado de la civilización y muy bien camuflado como convento, poseía una ambientación propia del medievo. Había muy poca iluminación, me sentí formar parte de las tinieblas. Me definí allí como una sombra más que andaba buscando nuevas experiencias, y que para ello, había pagado una gran suma de dinero. Aquel lugar sólo estaba destinado para unos pocos afortunados. Por lo contrario, de alguna forma, no me sentí así, la sensación que me invadió nada más cruzar el umbral de aquel habitáculo fue la de entrar en el mismísimo infierno.


   La chica no dejó de mirarme a los ojos mientras la penetraba con furia. Era sumamente hermosa y esto despertaba en mí los deseos más retorcidos y perversos. Ansiaba dañarla y sabía que no tardaría en hacerlo, mis anhelos eran muy enfermos, mi dinero siempre acababa comprando las vidas en estos lugares o el silencio si no llegaba a arrebatarles el existir a las mujeres que complacían mis deseos más perversos.

   De pronto, tras eyacular en su interior, ella se apartó de mí de manera violenta. Escupió mil insultos y se acuclilló en el suelo desnuda como si estuviese a punto de orinar o hacer sus necesidades. Muy por lo contrario, de su interior emergió un huevo, su vagina se dilató como si se tratara de un parto, sin apenas contracciones, en cuestión de segundos y sin escasamente esfuerzo.

   El huevo rodó por la habitación y puso freno a los pies de la cama. Ella, no dejó de mirarlo extasiada. El huevo se abrió poco a poco. Desde el interior, algo rompió la cascara. De allí emergió una desagradable criatura deforme que de inmediato se torno amenazante para los dos. La mujer saltó sobre ésta enloquecida y la devoró con rabia. La sangre salpicó toda la estancia. Reinó un silencio sepulcral que acompañé de una mirada perpleja ante la insólita situación. Ella, bañada en sangre de la criatura que terminaba de alumbrar se dignó a romper ese sosiego.

    - Ahora que he engendrado lo peor de ti y lo he devorado, eres un hombre nuevo, puedes ir en paz. Gracias por visitar "El Convento".

  Tras sus palabras, me sentí invadido por una extraña sensación de divinidad.



Escrito por Mª Ángeles Seguí



Doctora Frankestein por amor


fotografia Ana Zamorano
fotografia Ana Zamorano

(vídeo) Rec (grabando)

Hola, mi nombre es Ana. Me dedico a la tanatopraxia y también a la tanatoestética (bueno... no nos engañemos..., que un cuerpo sin vida intente burlar a la muerte va todo unido. Soy experta en este arte. Pero no voy a enrollarme ahora con esto)

He decidido documentar esta hazaña (¡y qué conste que todo esto lo hago por amor!) Siempre he soñado con encontrar el amor de mi vida ( de esto tienen la culpa las películas y los cuentos, en el fondo pienso que todo esto del amor verdadero no es más que una patraña, pero es bonito creer en ello) Encontrar mi media naranja me ha llevado a la obsesión. Amo a los hombres y dar con uno adecuado para mí es algo importante (la cosa está difícil, casi todos tienen alguna pega) En mi vida apareció Alberto (¡qué guapo, qué cuerpo....! y además una maravilla en la cama, lo malo es qué sin cerebro) me enamoré de él y este amor era correspondido (¡qué lastima que Alberto me aburriera tremendamente!) Mi relación con él continuó. Después conocí a Roberto ( estando con Alberto) trabajaba en el departamento forense de criminología (perfecto para mí, pero un desastre en la cama, y físicamente dejaba mucho que desear ¡qué mala suerte, los dos hombres combinados para mí son el hombre perfecto!) Así qué en ello estoy (por supuesto he tenido que asesinarlos) necesito crear a mí amor verdadero ya que he llegado a la clara conclusión de qué por sí solo no existe. Tengo que ayudarlo) Por casualidad en Internet dí con una mierda extraña de secta Haitiana (la tierra de los zombies) Por 30.000 euros me han prometido resucitar un cadáver, y siendo yo experta en el arte de darle un aspecto vivo a un cuerpo inerte... ¡Estoy empezando a creer en el amor verdadero!

Mª Angeles Seguí


Purgatorio


Ahí fuera sólo había oscuridad, tinieblas, extrañas siluetas con forma humana que flotaban envolviéndose en una nube de humo gris. De vez en cuando extraños rayos de luz blanca que parecían surgir de la nada atraían con precisión hacia sí a las formas que flotaban envueltas en el humo gris y las arrastraban hacia una infinidad desconocida. Pero aquello no era lo que más la impresionó, en otras ocasiones pudo observar como del crepúsculo nacía una pequeña gruta circular que se abría en forma de embudo compuesta por anillos envueltos en llamas, aterradoras criaturas con apariencia humana y a veces animal emergían del túnel de fuego y arrastraban consigo a las siluetas que flotaban inertes ajenas a su destino.

Todo aquello podía observarlo a través de la mirilla de su portal. Se había atrincherado en su piso. Desde hacía un tiempo que le era imposible de calcular, el mundo, tal y cómo ella lo había conocido había dejado de existir. No había conseguido comunicarse con nadie, no había linea, ni tampoco Internet. Los electrodomésticos habían dejado de funcionar. Su existencia se limitaba a subsistir tras la puerta, sin comprender nada, sin apenas recuerdos pero teniendo claro que jamás abriría la puerta. Allí fuera lo desconocido podría engullirla por siempre.


-Sargento, aquí no hay nadie, hay que echar la puerta abajo -comunicó el inspector por radio.

-Proceda, hay denuncia de desaparición- Confirmada la orden el inspector procedió a echar la puerta abajo junto a sus hombres.


Un fuerte estruendo hizo que la puerta cediera, intentó huir aterrada. Cuando la puerta se abrió por completo su cuerpo fue atraído por la oscuridad. Luchó contra ello con todas sus fuerzas, pero cuando su cuerpo fue envuelto por la nube de humo gris, quedó flotando inerte en las tinieblas.


El inspector cubrió su rostro con un pañuelo, el hedor se hacía insoportable allí dentro. Estaba seguro de que encontrarían el cuerpo en el dormitorio principal, el asesino las había llevado a todas al dormitorio para antes abusar de ellas.

-¡¡Inspector hay un cuerpo más y señales de lucha, la chica se enfrentó al asesino!!

Corrió hacia el dormitorio e impresionado pudo admirar la escena, la joven estaba muerta, pero había conseguido llevarse consigo al monstruo que había atentado contra su vida.


Mientras flotaba en la infinidad fue consciente de todo lo acontecido, reconoció la silueta del monstruo que había atentado contra su vida y que ella se había podido llevar consigo.

-¡¡Espero que te pudras en el infierno!! -le gritó con ira.

Vio nacer del crepúsculo la pequeña gruta circular que se abría en forma de embudo compuesta por anillos envueltos en llamas, las aterradoras criaturas con apariencia humana y animal emergieron del túnel de fuego y arrastraron consigo al hombre que la había asesinado.

-¡Al infierno, cabrón! -volvió a gritar. En aquel momento una de las criaturas se giró a mirarla y calló aterrada. El extraño ser se aproximó a ella y esbozó una terrífica sonrisa.

-¡¡Nooo!! -exclamó aterrada comprendiendo que para ella también había lugar en el infierno.


Escrito por MªAngeles Seguí


Nadie sospecha de mí

En el barrio donde vivo han comenzado a morir personas. Nadie sospecha de mí, ¿quién va a imaginar qué soy la madre de la bestia? Sólo soy una adolescente retraída e insociable que pasa la mayor parte del tiempo inmersa en su mundo de fantasía. Lo comparto con el papel, por el hecho de parirlo en algún lado. De esa manera no sé cómo mi inventiva cobra vida. Así nació la bestia. Soy consciente de qué cada vez es más fuerte, y de qué pronto llegará a la ciudad. Su sed de sangre va en aumento, y como madre, resulto ser bastante consentidora.

MªAngeles Seguí


La traerás de vuelta


fotografia Helnwein
fotografia Helnwein

Siempre se había mostrado tímida y recatada. Los silencios acompañados de miradas distantes eran la trinchera que certificaba su ausencia. Pero todo aquello no era más que una cortina de humo, un velo tras el cual se ocultaba. Ella era sabedora de lo que acontecía en su entorno.

Obediente y educada nunca se atrevió a contradecir lo que ellos le ordenaban. No quería causarles más disgustos, ni enfadarles, pues para roces y enojos ellos ya tenían bastantes.

Solía escapar a su mundo, aunque siempre acechando lo que pudiera suceder.


Jamás la encontrarían, había disuelto su cadáver en una cubeta de ácido sulfúrico. Había denunciado su desaparición. Era una mujer conflictiva y poseía numerosos enemigos a causa de su alto cargo en la empresa.


Conducía hacia casa, Nina guardaba silencio, sus silencios no eran una novedad. Sabía que la niña la echaría de menos, pero no pensó en su hija mientras estrangulaba a su esposa. Se guió por la ira, a veces lo dominaba. Clara, le había pedido el divorcio, y eso lo hizo estallar.

Miró a la niña de reojo y el brillo de una lagrima que recorría su rostro angelical lo hizo detener el coche en la cuneta. Odiaba mentir, pero no podía verla llorar.

-No llores Nina, mamá aparecerá.

Hubo silencio. Los silencios de Nina siempre presentes acompañados de miradas distantes. Esta vez las lagrimas brotaron de sus ojos sin timidez, al igual que el arma que empuñó contra él.

-Sí papá, tu irás a buscarla y me la traerás de vuelta.


Escrito por MªAngeles Seguí



El portal de las almas 


Fotografia Joshua Hoffine
Fotografia Joshua Hoffine

Ella será por siempre la mano que mecerá la cuna. Posee el vínculo que va más allá del existir. Ese cordón umbilical que un día le separó del ser que daba vida en su vientre no sólo alimentaba a la criatura de "vida" sino de amor con el alma. El único y verdadero amor que perdurará por siempre. Un amor que va más allá de lo que comprendemos como existencia. Ella es el portal de ánimas que se materializan para poder venir a este mundo. Ella es la "madre", ella es la puerta entre dos mundos.

Mª Angeles  Seguí


Tiempo muerto


He decidido iniciar un diario y hablar de las conclusiones que he sacado a lo largo de los años como Doctora en Geriatría que por voluntad propia se encarga de las guardias nocturnas en el centro Geriátrico Valle del Mar.

Desde mi adolescencia sufro de parálisis del sueño, padezco de terrores nocturnos (por ello prefiero trabajar las noches y dormir por el día) Creo que mi parálisis del sueño no está relacionada con un problema psicológico. El hecho de trabajar en el centro con personas que están próximas a la muerte me ha hecho descubrir algo; un alto porcentaje de muertes se produce entre las 3:00 de la madrugada y las 4:00 (exactamente durante esa franja horaria se ocasionan mis extrañas experiencias con la parálisis del sueño.

Algo me visita a esas horas mientras yazco paralizada en mi cama desde la adolescencia. Creo que esa misma presencia es la que viene en la madrugada a por los ancianos que fallecen en el centro donde trabajo) Soy persona de ciencia, de buscarle a todo una razón, pero creo que aquí hay algo que está más allá de tener una explicación lógica. He charlado infinidad de veces con ancianos que me han hablado de tener encuentros en la madrugada con familiares y amigos que ya habían fallecido o con entidades que desconocían por completo (despertaban en la madrugada sintiéndose paralizados en sus lechos pero acompañados) Casualmente estás personas fallecían al poco después de contarme sus experiencias.

¿Parálisis del sueño o experiencia paranormal...?


Estoy en mi casa y son exactamente las 23:30 de la noche. He decidido cambiar el turno (necesito respuestas) Me costará conciliar el sueño siendo que me he habituado a dormir durante el día, pero he tomado una pastilla que me ayudará con esto.


3.33


Estoy despierta, pero no puedo moverme, ni hablar. Sé que hay alguien o algo ahí, algo que puede cruzar la puerta del "tiempo muerto" y no pertenece a este mundo.



MªAngeles Seguí




El primer y último beso


Su primer beso de amor verdadero tuvo de fondo su último amanecer. El calor de aquellos labios endulzó el frío abrazo de la muerte. Exhaló de aquella boca una pizca de aliento de existencia y posó en los labios de su hombre un último suspiro de vida. Él, inhaló el suspiro de su amada, se embriagó de ese aire el cual pensó pudiera contener un pedazo de su alma. Lo guardaría por siempre en su corazón. Los primeros rayos de sol mancharon de luz la despedida, el principio y fin de un amor. Envidió a la muerte por amar así a la vida, para ésta siempre había encuentros y jamás despedidas.

 MªAngeles Seguí

© 2016 Mª Angeles Seguí 
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